Muchas veces me quedo pensando en cómo el encontrar amor o la falta de él nos afecta a todos. Y no me refiero solo al amor entre personas, sino también a tantos otros tipos de amor: a la belleza, la música, las flores, la naturaleza, al aire puro y limpio, al arte, a los animales, al trabajo que hago, en fin, amor es casi un sinónimo de valoración. Particularmente, yo, ya debo haber pintado más de doscientas acuarelas, de los hermosos paisajes que, en grupos, fuimos recorriendo durante años.

Actualmente, yo soy feliz con sólo estar en contacto con la naturaleza, ya no puedo pintar, por el “temblor esencial” que afecta mis dos manos, especialmente la derecha. Pero siento que a mis 86 años, sigo creciendo, sigo en  transformación, y que así estoy recién aprendiendo lo que es el amor, porque: “verdadero Amor”, no es sentir esta soy yo y este otro eres tú, sino que es sentirnos como un solo ser, en una relación permanente con otro ser, que es tal como uno mismo, vinculándonos, y encontrándonos.

En esta vida pasamos por varios procesos o etapas de crecimiento, donde cada etapa es un poco más compleja y nos brinda otro tipo de información. ¿Será que ese “yo”, esa “identidad”, ese “ego”, que tanto cuidamos, por considerarlo el centro de nuestro psiquismo, sea también solo una etapa más de crecimiento, y que aún nos falte pasar a la próxima? Para amar verdaderamente a otro, para que se produzca un encuentro, ese yo, esa identidad, ese ego, se torna un gran obstáculo.

A nosotros nos toca ver, investigar, en nosotros mismos, si ese “yo” es solo una etapa de la organización de nuestra psiquismo, o si todavía lo sentimos como el centro, de lo que estamos siendo. Estas son dos cosas muy diferentes, puesto que un sistema nervioso maduro, “para poder ir más allá del yo”, ha tenido que ir pasando por dolorosas etapas de inseguridad, de no comprenderse a sí mismo. Ya hay gente que lo ha estado logrando, no es algo solo para gurúes o iluminados.

Si algunos pueden, debe ser algo que la evolución natural tiene previsto para toda la humanidad, probablemente llevará bastante tiempo, pero no perdamos las esperanzas, pues el tenerlas, significa enviar al Universo una vibración energética positiva, y desde lo Alto se nos responderá con esa misma vibración. Eso es lo que pasó con las recientes elecciones para presidente en nuestro país. La gente harta de tanta corrupción, creyendo que el cambio era posible, optó por él, y lo lograron a tal punto, que todos quedamos muy sorprendidos.