Todo está cambiando a nuestro alrededor, muy rápido. Aunque quisiéramos, no podemos aferrarnos a nada. Las cosas y la gente, vienen y se van. Sus estados de ánimo cambian, las emociones cambian. Su forma de comportarse con uno, cambia. Todo cambia. El mundo entero está cambiando. El querer aferrarse a algo es miedo, es no poder soltar. Cuando comprendemos que el constante cambio es algo natural, que ha pasado y seguirá pasando, lo aceptamos y allí desaparecen nuestros miedos.

Ser conscientes de nuestros miedos, nos trae una enorme fuerza desde nuestro interior. Necesitamos hacer varios “Paros”, buscando el silencio interior cada vez que nos notemos intranquilos, molestos, angustiados o tristes. Esto sería estar conociéndonos en profundidad. Observa tu respiración, como el aire entra y sale por tus fosas nasales, y podrás darte cuenta que energía, conciencia y oxígeno penetran profundamente en cada célula de tu cuerpo y te limpian a un nivel muy profundo.

Nuestras expectativas sobre el comportamiento de los demás, nos dañan emocionalmente. A veces tememos conectarnos emocionalmente, por miedo a salir lastimados, y cerramos nuestro corazón, porque olvidamos que el dolor es parte del amor. Y cuando ya podemos aceptar esto, significa que ahora nuestro amor, se ha tornado invulnerable. Que pase lo que pase, podremos comprender y seguir amando a ese ser así, tal cual es, ya sea nuestro hijo, marido o amigo… o simplemente el vecino de enfrente.

Cuando meditamos, en ese silencio profundo, experimentamos el amor. El miedo, el amor y el odio son emociones del chakra del corazón. Son tres formas de la misma energía. El amor puede traer ciertos sentimientos que suelen herirnos. Hace poco fue mi cumpleaños, y a una amiga muy querida, se le olvidó llamarme. Enseguida me sentí molesta. Había estado esperando que viniera a verme, o por lo menos que me llamara, pero como a mí también me suele pasar, muy pronto pude comprender y el perdón surgió desde mi corazón.

El amor sin sabiduría es el anfitrión de todas las emociones negativas. Cuando la sabiduría va acompañada del amor, es una verdadera bendición. Si hay amor no hay miedo ni odio. No necesitas etiquetar las diferentes emociones, pues el amor es la causa de todas. Dolor y placer son parte de la misma existencia. Sufres cuando ves a alguien sufrir, odias a alguien pues esa persona te está causando dolor. Tienes celos porque amas lo que tiene el otro y lo quieres para ti, y te vuelves avaro cuando amas al dinero más que a las personas.