No me quedan dudas de que todos deseamos disfrutar esta vida, pero conozco tanta gente quejosa, que vive criticando todo lo que pasa, lo que hacen los otros, y ese continuo estrés que están viviendo, los está enfermando y  enferma también, (al ser contagioso), a su familia y contactos. En cambio cuando disfrutamos la vida, irradiamos felicidad y alegría que también se contagian. Por lo tanto, si elegimos disfrutar la vida podemos cambiar la humanidad y el mundo entero.

Una sola, o unas pocas personas, no lo pueden conseguir, pero si llegáramos a contagiar al 10 % de la humanidad, la masa crítica, ya todo comenzaría a cambiar. Debemos comenzar por soñar en grande, el Universo o Conciencia Infinita, responderá siempre a esa energía que estamos irradiando, con algo de esa misma vibración, y sumando nuestra confianza y seguridad de que recibiremos lo necesario eso se concretará en nuestro gran sueño: que este mundo cambie para bien.

El otro día vino a visitarme una amiga con quien no nos veíamos desde hacía muchísimo tiempo, como tres años, me parece. Al verla tan sonriente, tan linda, más delgada, contándome que se había jubilado y que estaba con planes de viajar, para lo que se presentó a un concurso nacional organizado por “Inta” junto con “Parques Nacionales”, y que si lo ganara, se cumpliría su gran sueño de conocer los diferentes árboles autóctonos que crecen en la Argentina. Demás está contarles cómo se me prendió su alegría.

Muchas personas en este mundo deseamos ayudarnos unas a otras, ser serviciales y colaboradoras. Sentimos que es a eso, por lo que vinimos a este planeta. Pero si uno es negativo, enfocándose siempre en lo que no está funcionando, le es muy difícil poder disfrutar y ayudar a otros con su sola presencia. Justamente tengo a una persona muy cercana a mí, y a la iglesia Católica, que habla siempre de que quiere ayudar, pero en general, genera rechazo en los que ayuda, por su manera negativa de ver la vida.

Por suerte, puedo comprender que con esta relación, a mí me llega la ayuda de “lo Alto”, para poder ir creciendo como persona, al encontrar la manera de tratarla, que ella pueda sentir el cariño que le tengo, y llegue poco a poco, a comprender lo que le digo, respecto a que con sus quejas y cara adusta no puede ayudar realmente a nadie, que su insistencia los cansa y buscan escapar de su presencia. ¡Pobrecita! ; ¡Como influye en todos nosotros, la familia, el ambiente del que provenimos, y los siete primeros años de la  vida! Esa marca es muy difícil de borrar.